Beneficios de vivir en un pueblo
junio 03, 2022
Pensé este título varias veces, sobre todo cuando llevo mis hijos al colegio.
El día de hoy por ejemplo acompañe a mi hija mayor porque entra a las siete de la mañana y como a esa hora no hay nadie circulando le da miedo.
Me levante a las 6 para despertarla y justo su despertador sonaba así que no hizo falta. Nos alistamos, preparo su café y la acompañe a caminar hasta el colegio que está a dos cuadras de nuestro departamento.
En la esquina justo estaba abriendo la verdulería así que saludamos a los chicos que nos atienden muy amablemente casi todos los días.
Antes de llegar al colegio, (unos metros) pasamos por el consultorio y vimos a Gisela que estaba limpiando tempranito para que cuando vayamos a trabajar este todo limpio.
Al volver prepare el desayuno para mi hijo más pequeño, mientras se banaba. Desayuno, preparo sus útiles y a las ocho menos diez pasa mi esposo a buscarlo y llevarlo a la escuela que queda a tan solo 9 cuadras que las hace caminando, pero como ahora estamos en invierno lo acercamos por el frio.
Al llegar al colegio la mayoría de los padres nos conocemos, nos saludamos.
Algunos inclusive son nuestros pacientes.
Vivir en un pueblo es así, haces todas tus actividades sin tanto frenesí, las distancias son cortas por lo que salir hasta el trabajo no te lleva más de 10 minutos a menos que vivas a 30 cuadras y tengas que venir caminando, que no es el caso porque la mayoría tiene motos, se ven muy pocas bicicletas. Muchas motos y autos.
Enfrente del departamento está el supermercado más concurrido de la ciudad, un super que comenzó como un minimercado y poco a poco con los años se transformó en el super del pueblo. Hay otros, claro, pero la gente una vez que se encariña con algo sigue apostando a ese negocio por más que lleguen cadenas de super más actuales,
Es común ver cuando salís al balcón gente esperando a las siete y media de la mañana con sus bolsitas a que abra para poder hacer sus compras y volver a su casa temprano, muchos de ellos al campo.
Cuando entras, el que te recibe las bolsas te saluda, el carnicero te saluda, la panadera también, el cajero. Todos conocen a todos y eso nos convierte en un pueblo, aunque en población deberíamos ser una ciudad.
Los chicos a la hora de hacer sus deportes favoritos tienen el club a 5 cuadras de casa, 6 el gimnasio. Pueden ir caminando a la casa de sus amigos o viceversa. No hay casi robos. En definitiva, vivir en pueblo tiene sus pros y sus contras.
Mis hijos lo que extrañan de una gran ciudad es la oferta de diversiones que tiene, la cantidad de plazas (aquí hay solo 3), los shoppings, la posibilidad de ir a un cine grande (aquí hay uno lindo, pero muy pequeñito que casi nadie lo concurre).
Pero la tranquilidad de este lugar hace que cuando salimos de vacaciones después de 10 días de andar por ahí, lo extrañamos y deseamos volver.
¿Te animarías a vivir en un pueblo?
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