Día del Pediatra
octubre 20, 2022Hoy es el día del Pediatra, y justo publique en mi Instagram una foto de mi esposo cuando Lauty (nuestro hijo) era pequeño.
El es médico clínico, pero oficia de Pediatra en el hospital local hace más de 7 años porque cuando recién nos recibimos intento hacer la especialidad, la empezó, y no la terminó. Pero los conocimientos quedaron.
Al llegar a casa, prendo la tele y mostraban una nota que la pegue a continuación porque sentí al leerla que lo escuchaba a mi esposo.
Cómo puede ser que esa carrera que en algún momento fue tan valorada y respetada hoy sea tan miserablemente vapuleada y hasta denigrada en muchos casos.
No lo entiendo. Yo intenté estudiar medicina, pero como no era fácil y me quedé en el cursillo de ingreso recuerdo que mi padre me dijo: Graciela pensa lo que vas hacer porque yo no tengo plata para seguir ayudándote.
Así que continúe como pude con enfermería y la terminé.
Ahora viendo a mi esposo y leyendo al Dr Mesones, creo que fue buena eleccion.
No sé que piensan ustedes sean colegas o pacientes?
Quizás ésto sólo pasa en éste país, que está extremadamente desvalorado.
A continuación la carta:
"Dejo la pediatría porque el esfuerzo no es valorado"
22/09/2022
Después de muchos años ejerciendo la pediatría, decidí dejar el consultorio y todos mis pacientes. Fue una decisión difícil y muy meditada, la herencia familiar de médicos de consultorio subía dos generaciones. El cariño por mis pacientes y sus familias, junto al feedback positivo que trae la consulta en mi especialidad fueron emociones difíciles de abandonar. Pero trabajar 7 días a la semana durante más de 10 años me pareció un tiempo prudente como para hacer un cambio de timón.
Ser el pediatra de una familia vale muchísimo y devuelve otro tanto. Hoy esto difiere al pasado. Salvo contados casos, los pacientes se transforman en clientes, ya que el trato es como a cualquier servicio al consumidor. No hay respeto, no hay paciencia, no hay educación, hasta pareciera que nadie haya sido formado en valores. Entonces, uno empieza a preguntarse si eso que uno da y por lo que empeña horas de tiempo familiar, en mi caso, es realmente valorado. La respuesta es “no”. No es valorado por las instituciones (hospitales, sanatorios, prepagas) y tampoco es valorado, en su gran mayoría, por los pacientes.
Y aquí cabe preguntarse, ¿por qué uno lo hace? ¿Cuál era el objetivo? ¿La vocación de servicio debe ser a costa de la vida personal o familiar? En alguna época sí lo valía, había un respeto, tenía la retribución de la sociedad entera. Uno se rompía el lomo pero era valedero, hasta tus hijos podían perdonarte el tiempo fuera de la casa. Hoy no vale la pena. No para mí, no para muchos otros que tienen misma sintonía de pensamiento, pero aún no han podido dar el paso al costado. Ojalá las cosas cambien, aunque el realismo me impide creerlo.
Gonzalo Mesones / MÉDICO PEDIATRA Y PSIQUIATRA INFANTO JUVENIL. MN: 14.6020 drgonzalomesones@gmail.com
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